Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Cantemos para el aguinaldo

viernes, 22 de diciembre de 2023
Reuniones de amigos y familiares y multiplicación de actividades sociales. Cestas, comidas y cenas de empresas o de amigos o entre colegas. Y, por supuesto, cavilar qué regalos comprar en el mercado, teniendo la vista puesta en la temida cuesta post-navidad. popular y fatalmente conocida como cuesta de enero.
¿Por qué no retomamos la tradicional costumbre de pedir el aguinaldo y así hacer acopio de dinero para estas fiestas y próximas semanas que nos esperan de resaca y vértigo? Cantemos para el aguinaldo
En pueblos y aldeas, con alegría e ingenio, solía hacerse no por necesidad, sino para divertirse y meterse en el bolsillo unas monedillas o llevarse una vianda por el esfuerzo al cantar realizado. Se iba de casa en casa con versos y canciones, rimas y pareados, siempre con guasa y buena dosis de ironía, muy bien confabulado.
En las ciudades, sobre todo en las de mayor tamaño, el aguinaldo llegaba en forma de regalos o primas, primero altruistas y luego para todos casi necesario. Se retribuía a empleados o personas que mostraban buena disponibilidad ante su trabajo, pero lo que comenzó siendo voluntario y gesto de buena voluntad se convirtió en un derecho consolidado, un inexcusable extra de navidad.

Tengo grabado a fuego un aguinaldo navideño de mi etapa universitaria. Algunos detalles se han borrado, pero la experiencia en sí es imborrable.
Estaba comenzando el mes de noviembre cuando nos avisan que habría ensayos de canto varias horas a la semana de carácter obligado. Comenzamos con doble sorpresa: dirigía al piano el director, maestro y docente -ya se ve que polivalente- cátedro más admirado. Por otra parte, el repertorio nos dejó sin aliento. Nada de motetes, ni arias, ni coros a 4 u 8 voces. Con un mes por delante empezamos con... ¡villancicos navideños! Pensamos ingenuamente que tendrían suma dificultad, pero cuando vimos el Noche de paz, el Adeste fideles, el Hacia Belén va una burra... quedamos patitiesos. ¿Ensayos formales para "eso"? ¡Si hasta los cantaba en el colegio cualquier crío de cinco años! No nos dijeron que ensayáramos el alegre, ingenioso y divertido "Merry Christmas" 'beethoveniano', estrenado hace tres años y felizmente recuperado por nueve coros y gran orquesta, entregados a la misma causa. Juntos hicieron de la noche del pasado 21 de diciembre, una fecha inolvidable.
En la universidad ensayamos mucho e intensamente, incluidos los días del ya también tradicional 'acueducto de diciembre'. Vacía la facultad de otros alumnos, nuestras canoras gargantas sonaban mejor que nunca en caprichosos ecos.
Llegó raudo el estreno en público, según se nos dijo en el último momento. Entonces nos revelaron el gran misterio: debíamos salir a las calles a pedir el aguinaldo mostrando a la ciudad -jerarcas y pueblo llano- que los "músicos de la universidad" no solo nos dedicábamos a empollar viejas historias y biografías de compositores, sino que Cantemos para el aguinaldotambién -palabras que entonces había que subrayar- sabíamos y hacíamos música 'seria'.
En otros términos, demostrar que la Musicología en las universidades -o Historia y Ciencias de la Música, como se llamó luego- no era capricho de unos cuantos, sino que, como en otros países, su función abarcaba teoría, práctica, análisis, investigación y una todavía corta pero ambiciosa lista de ámbitos inexplorados que revertían en la sociedad, a igual nivel que otros estudios universitarios.
Todo salió bien y llegamos a nuestras casas en Nochebuena, ya con la mesa puesta. Al año siguiente, nuevamente por dos razones, se repitió el experimento. La primera: era necesario pedir el aguinaldo para costear el viaje de fin de carrera, fin de etapa. La segunda, no tan grata: había otro público algo reticente a ver música en la "escuela", lo que motivaba dirigirle iguales cantos en otra ronda navideña.

Puede que hoy se vea pueril pedir el aguinaldo para conseguir cuatro mazapanes y un cava y, de paso, pasarlo bien y reír a carcajadas. Hay otras fórmulas para lograr fines semejantes... Aunque conste que a aquella universidad no le ha ido nada mal en estos años impartiendo estudios musicales de alto rango.
No así a la madrileña, aunque cosmopolita y reivindicativa Cecilia, que en los años '70 del siglo XX, cantaba "Dama, dama": falleció hace 75 años a edad bien temprana. ¿Recuerdan lo que decía de la alta burguesía y aristocracia, donde la hipocresía reinaba?: "Dama, dama de alta cuna/De baja cama, / señora de su señor, / amante de un vividor. / Dama que hace lo que le viene en gana/ esposa de su señor/ mujer por un vividor".
Si ella así se manifestaba en contra de lo que no le gustaba, cualquiera que quiera renovar el panorama y hacer surgir nueva sabia, con reintentarlo o redescubrirlo, con cantar nada se pierde e incluso se gana. Frente a gravosas cestas y cenas navideñas, ponerlo en práctica sale de balde.
Tampoco es tamaña hazaña seguir la antigua costumbre de asistir a las Misas de Aguinaldo, todavía presente en la nación venezolana. Risas, juegos, canciones con 'cuatros', guitarras y maracas... Todo une, ayuda y propicia la compañía -¡y la parranda!- que en estos tiempos tanta falta hace, en Venezuela y en España. Y no cuesta nada.

Pilar Alén, Profesora de la USC.
Alén, Pilar
Alén, Pilar


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES