Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Sumando, que es gerundio

viernes, 25 de agosto de 2023
Uno más, uno menos ¿qué más da? Usando solo dedos, hacer cuentas lleva tiempo y los cálculos no salen a la primera. La tecnología dejó obsoleta esa tarea, al igual que aquello de "calcula tú, que yo soy de letras".
Los que nos decantamos por las Humanidades y, sí, somos de Letras, no dejamos de lado operaciones numéricas porque forman parte de toda existencia. Y la música es vida, es más que eso. Es física y aritmética, pero no reniega de las musas, el lado artístico/creativo que habita en el ser humano.
Una nota más o una menos cambia el sentido -técnico y emocional- de la obra. Lo mismo ocurre con el lenguaje hablado, sea cual sea. En cambio, es triste percibir la poca atención dada en algunos medios a estas expresiones ligadas a lo más intrínseco del ser humano: su humanidad que, dicho sea, no es propiamente "suya" (del hombre). Es, simple y llanamente, un regalo de tal calibre que, quizás por eso, no se alcanza a valorar ni de lejos.
Sumando, que es gerundio¿A qué viene este preámbulo? Es un modo de adentrarse en una cuestión imposible de despachar en tres o cuatro líneas. Lo entono mal que puedo porque se me hace un nudo gordiano nada más traerlo a la mente.
El gobierno de Pekín autoriza "ya" a cualquier pareja a procrear un tercer hijo. Tal permisiva noticia es considerada -¡Dios nos guarde!- como una relajación apresurada y fracasada del gigante asiático cuando, por ende, esa norma va en contra de sus propias reglas. Pocas cábalas caben ante tan previsible fin de fiesta.
Duele pensar la proporción de niños (más valorados) y niñas (ciudadanas de tercera) que pueden tener cabida -o no- en un sistema tan dictatorialmente aperturista/oportunista.
Se invita a engendrar para repoblar un país con tal declive demográfico que no sabe cómo levantar cabeza. Siendo muchos, no son suficientes. Se necesitan algunos más, a demanda, según o mientras plazca. ¿Es sensato poner remedio promoviendo lo que infringe un criterio ya dictado, experimentado y malparado?
No se trata de culturas ni creencias, que todos las tenemos, llámense como se quieran, sino de actitudes cicateras que miran los bolsillos, hacen encajes de bolillos para casar horarios, tandas de paternidades y mil cosas más que, aun siendo importantes, enmascaran otras verdades.
A todos duelen los abusos, violencias y agresiones que sufren niños y adolescentes, y no digamos, mujeres. Lamentamos la soledad no deseada e intentamos aminorarla en lo posible. Por el contrario, familias numerosas que ríen y lloran juntos, no caben en una sociedad progresista como la nuestra.
A la par decimos gentilmente "donde comen tres, comen cuatro". Así lo sentimos a sabiendas de que no es del todo igual, pero lo dicta la conciencia y lo pide el alma o, en el peor caso, vence la arrogancia de no ser tildados de tacaños.
Vamos de extremo a extremo, improvisando, como China que sigue tanteando su justo medio: antes uno, luego dos y ahora "hasta tres".
Pensar que, seas asiático o sahariano, te han permitido nacer para formar parte del Sumando, que es gerundioengranaje -como esclavo o mano de obra a coste cero- de un sistema mercantil, productivo en lo material y represivo/regresivo en lo humano, si no es deplorable, no sé cómo llamarlo. Trabajar es bueno y dignifica a la persona. Pero esta medida, que no es solo cuento chino, no busca eso. Cae por su propio peso.
Me evado con mi música de la mano del aparente cándido dúo de La flauta mágica. La melodía de Mozart es suprema. El texto de Schikaneder es un enredo de disparatadas historias y tramoyas que a todos gustan.
Es un canto a la vida, compuesto por dos talentos con fatídicos finales. El del joven Mozart con solo 35 años es de todos conocido, tocando casi el cielo. El del letrista, como comenta J. A. Vallejo-Nájera en Perfiles humanos, tras largo y doloroso encierro, sería morir sin memoria ni sentido en un manicomio.
Ambos ofrecieron sus dones sin hacer cábalas sobre su destino: trabajaron amando su propia existencia. Ese es su grande y mejor legado.
Les dejo con el texto y la moraleja del sustancial diálogo entre Papapeno (representación del hombre humilde y bueno) y Papagena (reflejo de su armónico pensamiento). Viene como anillo al dedo.
EL: ¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papagena!
ELLA: ¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papageno!
EL: ¿Ahora eres toda mía?
ELLA: ¡Ahora soy toda tuya!
EL: ¡Bien, entonces sé mi mujercita!
ELLA: ¡Bien, entonces sé mi pichoncito!
A DÚO
¡Qué alegría habrá!
Si los dioses conceden hijos
a nuestro amor,
¡niñitos queridos, pequeñitos!
EL: ¡Primero un pequeño Papageno!
ELLA: ¡Y luego una pequeña Papagena!
EL: ¡Y luego otro Papageno!
ELLA: ¡Y luego otra Papagena!
A DÚO
¡Papageno! ¡Papagena!
Será la más grande de los dichas,
cuando muchos, muchos
Pa, Pa, Papageno,
Pa, Pa, Papagena
sean la bendición de sus padres.

Léase información tan impactante, de comienzos de este año, en el siguiente enlace:
https://es.euronews.com/2023/01/30/china-poblacion

Pónganle música al citado dueto en esta versión:
https://www.youtube.com/watch?v=Mf8H66DyRQM

¡Y buen fin de lo que resta de este mes tan ajetreado!

Pilar Alén, Profesora de la USC.
Alén, Pilar
Alén, Pilar


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES